ERÓTICA DEL VERSO

Enciendo la chimenea... el calor y tu presencia me embargan, con manto de pasión de fuego abrasador... anarquía del frío. Enciendo la vida... y los miedos se esfuman... en ti confío, entre los pétalos de tus besos y caricias que en mi piel descargan. Hastía ya este frió de tu recuerdo... y pinta mis labios de tu sonrisa, que cada pensamiento implantados sean olvido de tu ausencia, amplifica los latidos de mi pecho en tus manos... hechicera de la conciencia, arranco tu ropa como envoltorio de tu inocencia traviesa... despacio, sin prisa. Enciendo la cama... pasión a flor de piel y llamas en las entrañas, Inundo los minutos de tus miradas que se clavan como puñales, navego por la tersura de tu piel y lucho contra tus oleajes carnales, naufrago en el acantilado de tus senos... en mis como montañas, Pidiendo ser devorados como manjares de tu feminidad, enciendo el momento... y estallamos de placer ancestral, aullidos de nuestros cuerpos... unión de l

Artista del pecado, artista de los rincones furtivos, asilando en perfume inmaterial deseo de lo carnal y de lo profano. Así es tu cuerpo en mi brazos, en el regazo del deseo me dejo llevar nadando desnudo en tu mar de feminidad. Artista de lo sentido en soledad, del aullido vertical de tu existir vestido de mi mitad sobre mi...deseo etéreo. Siente las caricias en tu piel de seda, en tu reencuentro con tu estado de algodón, Sonrisas entre los labios escapan de tu existir cerrando tus ojos para diluirte en tu sentir. Artista del pecado, que hace sentir de nuevo penetrar el deseo en ti, carnoso sentir que nos hace esclavos del momento, Alimentando el corazón con tus caricias, y saciando la sed de nuestras almas con los labios inundándonos a besos el alma. Entregados en nuestra cama... que paso a paso convertimos en nuestro fortín, sudor y saliva son nuestros despojos, de una mágica lucha de dos.

Hago mío el momento… Soltando la luna de tu escote, Soltando la timidez y inocencia, Susurrando perversiones a la noche. Tus ropas como pétalos que florecen, Que se marchitan más nacer… todas a tus pies. Tus ojos hechizadores abanderados de tú deseo, Tu piel mi vestimenta, mi calor tu aroma. Solo en esta cama tu y yo… Desterrado de ella el pudor, Como alimento nuestros cuerpos, Como bebida nuestro lascivo sudor. ¡¡ Cuanta lujuria de una sola vez!! ¡¡Como me haces estremecer!! Éxtasis de dos cuerpos en uno a la vez, Gemidos que desgarran el amanecer. Deseo convertido en ternura, Lujuria vestida de amor, Dos cuerpos desnudos sin malicia, Derruidos a los pies del placer.

Río abajo van mis pensamientos, Navegando errantes de mi conciencia, Bordados en tu amor peregrino, donde se alimentan de tu cuerpo. Hasta el amanecer pierde su aliento, Río abajo van mis recuerdos de ti, En sus aguas vierto mis venas, Llenas de sangre con tu esencia De mujer, de angel terrenal Que fue desterrado del Paraíso Y en mi brazos te curaste tus heridas, Usando mi piel y mis huesos, Y mi sentimientos como reposo. Hasta la noche se estremeció de amor. Río abajo se fue los miedos y los rencores, quedando tu cuerpo junto al mio, sintiendo sus aguas en tu sexo y en mi boca, buscando el amor, buscando el mar río abajo. ¿Por que cuidarme de este amor sin reposo? ¿por que renunciar a este amor posesivo? Con la fuerza del mar me revelo a mis miedos, y te espero... Río Abajo.